Es un aliado para crecer. De hecho, muchas empresas ven en la internacionalización de su negocio una vía de expansión y crecimiento. A esto se suma la crisis provocada por la COVID-19 y el conflicto de Ucrania. Un cambio de reglas del juego que ha llegado para quedarse. Por todo ello es necesario que el tejido empresarial dibuje una hoja de ruta adaptada a los cambios que se están produciendo.
Para guiar y asesorar en este camino, Valladolid Consolida propone reforzar la internacionalización de las empresas, entre otras líneas de acción. Impulsado por la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid, CEOE Valladolid y Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, pretende que las pequeñas y medianas empresas potencien su mercado exterior. Un compañero de viaje imprescindible para mitigar los efectos derivados del actual escenario a través de un proceso de consultoría y acompañamiento.
Una de las participantes en la misión comercial es el Grupo Pistacyl, una compañía «innovadora desde el campo hasta la mesa», siempre buscando cómo mejorar con nuevas técnicas de cultivo, digitalización del viñedo… En este punto, Alfredo Pérez, su director, apunta que están trabajando en la consecución de un pistacho más natural; un aceite de pistacho prensado en frío para no deteriorar su calidad, y una pasta de pistacho para helados. «Es cien por cien natural, sin aditivos».
Y es que, según recalca, la innovación forma parte del ADN de esta empresa. Por este motivo, considera que formar parte del programa Consolida ha sido un «acierto», puesto que han mostrado sus referencias a posibles importadores. Ahora, concreta Pérez, están enviando muestras y manteniendo reuniones, con el fin de cerrar un acuerdo y poder llevar estos productos fuera de España.
No hay que olvidar, según detalla el director del Grupo Pistacyl, que las compañías a la hora de exportar se enfrentan a dos grandes problemas: «Encontrar a personas interesadas y conseguir compañías que estén dispuestas a pagar un precio justo por la calidad que ofrecen». En esta línea, lamenta que en ocasiones se encuentran con clientes que buscan rebajar los costes que tienen con su actual proveedor. «Algo estaríamos haciendo mal si la gente no paga la calidad de nuestros productos».
«SITUARNOS EN EL MAPA»
Fermín Pinacho, fundador y director de Hidromiel Beekinga, asegura que el programa Valladolid Consolida ayuda a las pequeñas empresas a ampliar su red de contactos. «No es sencillo encontrar otras empresas más consolidadas que puedan estar interesadas en hacer negocios con nosotros. Este tipo de iniciativas nos ayuda a captar su atención y situarnos en el mapa».
En su caso, tuvieron la oportunidad de mostrar sus productos ante nueve exportadores en una jornada que se celebró el pasado mes de octubre en la Agencia de Innovación del Ayuntamiento de Valladolid. En ese encuentro, relata, enseñaron el tipo de hidromiel que elaboran. Un proyecto innovador, a su juicio, porque resucitan una bebida ancestral y adaptan su fabricación, características y difusión a nuestro tiempo. Cabe recordar que el hidromiel se considera la primera bebida alcohólica que consumieron los hombres. En Europa hay constancia que tanto vikingos como sajones, normandos, celtas, romanos y griegos lo elaboraron y consumieron durante siglos. Sin embargo, esta bebida fue desplazada por otras como el vino o la cerveza.
Ahora esta empresa quiere darle una nueva vida, si bien a la hora de exportar se enfrenta, tal y como explica Pinacho, a muchas dificultades como el desconocimiento. «Cuando alguien se plantea realizar cualquier actividad en otro país, se encuentra con que la legislación no tiene por qué ser igual a la nuestra. Es posible consultarlo, pero la información es ingente y las pequeñas empresas no tienen capacidad para procesarla», subraya para, a renglón seguido, añadir que otros frenos son las reglas que rigen los trámites de exportación en general y encontrar un actor interesado en el producto.
CONSOLIDAR EL PROYECTO
Para Elena Moral Gómez de Enterría, directora de planta en The 42 Degrees Company, salir al exterior no solo les ha ayudado, sino que les ha consolidado como empresa. En este sentido, dice que su producto está enfocado a los mercados exteriores. Prueba de ello es que el 90% de sus ventas es exportación fuera de España. Un camino no exento de dificultades.
Esta compañía que tiene como misión la excelencia en en el ámbito de productos “autocalentables” se encontró con varias dificultades al salir al exterior, no obstante, admite, que no son muy distintas de las que cualquier compañía se puede encontrar a nivel local. «Lo importante es tener la flexibilidad suficiente para tomar decisiones rápidas y poder adaptarse a cada nuevo reto».
Además, a su parecer, lo bueno de salir a distintos mercados es que siempre se pueden ir analizando y comparando las dificultades intrínsecas de cada país, a la vez que vas definiendo una estrategia enfocada a corto y medio plazo. «Esto sería imposible si nuestras ventas fuesen únicamente en el mercado local».
The 42 Degrees Company nació con la producción de un envase único en el mundo, desarrollado por ingenieros españoles. A partir de ahí, indica, emplearon «un elevado porcentaje» de recursos en I+D para diseñar y desarrollar tecnológicamente las recetas de sus bebidas y alimentos líquidos: gama de café, chocolate y té; gama de bebidas alcohólicas calientes, y gama de sopas.
Una trayectoria en la que su equipo de I+D realiza un estudio de nuevos materiales y procesos para adaptarse a los nuevos sistemas de reciclajes. Mejoras continuas con una meta clara: «Lograr la satisfacción de sus clientes».
Artículo publicado en el suplemento Innovadores de El Mundo de Castilla y León. Autora: E. Lera